En esta época navideña hemos podido tener una conversación con nuestro amigo David Ortiz «Chamo», arbitro asistente de 2ª División Nacional de Fútbol. Una entrevista divertida y muy amena recordando sus inicios y grandes momentos de su trayectoria. Os dejamos con la entrevista.
Cuéntanos, ¿cómo comenzó tu andadura en el mundo del arbitraje?
Fue… bueno tú mejor que nadie lo sabrás, empecé con Antonio (Antonio Aparicio, ex árbitro de 3ª División y ex árbitro asistente en 2ªRFEF) y con Jesús (Jesús Gil Manzano, árbitro Internacional de 1ª División) (Todos amigos). Estás en el instituto, empiezas a probar, empiezas a hacer deporte. Entras en un mundo un poco raro, diferente, pero al final se dio bien la cosa. Hemos conseguido hacer de un hobby, nuestro trabajo.
- ¿Cómo recuerdas los primeros pasos, las categorías inferiores desde que empezaste hasta que llegaste a 2ª División Nacional?
Al final, los primeros pasos son duros, no te voy a decir que no. Es un deporte en el que la gente descarga sus frustraciones contigo, sobre todo en categorías inferiores. Pero poco a poco te empieza a gustar. Le coges el ritmo, pasas las pruebas físicas, haces tus exámenes, sigues tus estudios… Ves que te va bien porque subes de categoría. Poco a poco llegas al fútbol nacional, y estoy contento de haber podido alcanzar el fútbol profesional.
¿Qué te lleva a optar por árbitro asistente en lugar de árbitro principal?
Poco a poco vas ascendiendo y llegas a una categoría donde puedes decidir. En mi caso, hasta Preferente. A mí el mundo del asistente me gustaba, me llamaba la atención. No es más o menos que el arbitraje principal, son dos maneras diferentes de ver el mismo deporte. Me dieron la oportunidad, me incluyeron en el cuerpo de asistentes, y poco a poco fui creciendo en esa posición. Además, hay más posibilidades de progresar como asistente que como árbitro principal, así que decidí tirar por ese camino.
¿Cuál es el mejor momento o el más satisfactorio que recuerdas en toda tu carrera?
Cuando te llaman para decirte que has subido a Segunda División. Me acuerdo perfectamente: estaba comiendo una tostada con Jesús (Gil Manzano). Salieron las listas y él se enteró antes que yo. Luego empezaron a entrar las llamadas… Me costó varios intentos superar las pruebas físicas en Madrid. Fue frustrante, pero al final lo conseguí. Hay compañeros que se han quedado en el camino, que no han podido disfrutar del fútbol profesional, y yo sí lo he logrado.
¿Y el peor momento o el más complicado que has vivido?
Hay momentos malos, claro. Por ejemplo, cuando vas a arbitrar y tienes problemas con el público o con la gente. Eso forma parte de este deporte, aunque no debería ser así. También, cuando esperas una llamada para el ascenso a Primera División y no llega. Es duro. Pero luego piensas: “Estoy en Segunda División, y eso ya es un gran logro”. Y hay que seguir remando cada temporada, cada partido.
En Segunda División, ¿cómo valoras el nivel competitivo de los equipos y del arbitraje?
Es una categoría muy competitiva. Hay equipos que bajan de Primera y les cuesta subir de nuevo. Eso exige que nosotros, como árbitros, también seamos competitivos. Tenemos un dicho: “La categoría te acaba poniendo en tu sitio”. Si los equipos son fuertes, el equipo arbitral también debe serlo. Somos un equipo, para bien o para mal, y eso es lo que te hace fuerte.
¿Cómo es un día típico de temporada para ti?
Los lunes son clave, porque recibimos la designación del partido. A partir de ahí, planifico la semana. Me levanto, desayuno, hago mis tareas y entreno una o dos horas según me pauta mi preparador físico. Según el partido que tenga, adapto los entrenamientos. Por la tarde, a veces hago una segunda sesión. Mi vida personal va en paralelo, pero la planificación del entrenamiento es fundamental.
Hablando del VAR, ¿cómo crees que ha cambiado el trabajo para los árbitros y asistentes?
El VAR es una ventaja para nosotros. Es una herramienta que nos ayuda, aunque también tiene detractores. Nosotros intentamos siempre hacerlo lo mejor posible. La tecnología es positiva, pero detrás de la máquina siempre hay un ser humano, y los errores son inevitables. Nuestro objetivo es alcanzar el error cero, pero sabemos que somos humanos y fallaremos.
Pensando en el futuro, cuando llegue el momento del retiro, ¿te ves vinculado al arbitraje?
En Segunda División puedes arbitrar hasta los 41 años, y en Primera hasta los 45. Yo tengo 40 y cumplo 41 en marzo. Si no asciendo a Primera, mi carrera termina. Si esto se acaba, me gustaría seguir vinculado al arbitraje, quizás como mentor o evaluador de árbitros en el terreno de juego. Siempre hay formas de seguir ligado a este mundo.
¿Y si no es en el arbitraje, tienes otros proyectos en mente?
Sí, la vida sigue. Hice un máster de formación del profesorado y el año pasado aprobé las oposiciones de matemáticas de secundaria. Aunque no tengo plaza fija, es un camino que me gustaría explorar. Este año no pude aceptar porque tengo exclusividad como árbitro, pero más adelante podría retomar la labor docente.
Mirando hacia atrás, ¿qué consejo le darías al David que empezó en el arbitraje hace años? Algo que pudieras cambiar o para que mejorara su andadura.
Los consejos son consejos, ¿no? Yo siempre diría: disfruta. Si tuviera que hablar conmigo mismo de hace años, le diría que disfrute más. Los errores nadie quiere cometerlos, pero no hay que machacarse por ellos, sino aprender y seguir adelante. Ese es mi principal consejo: aprende de los errores y no los vuelvas a cometer. Pero sobre todo, disfruta. Siempre digo lo mismo a quien me pregunta: si disfrutas de lo que haces, es más probable que las cosas salgan bien.
¿Y qué consejos darías a los chicos jóvenes que comienzan en el mundo del arbitraje?
A los jóvenes siempre les digo lo mismo. Yo, por ejemplo, que doy clases sobre las reglas del juego aquí en la delegación de Don Benito, siempre les recalco que este es un deporte muy desagradecido al principio. Pero si te gusta de verdad, trabaja y trabaja duro, porque con esfuerzo se puede llegar lejos. Siempre les digo: “Si yo he llegado a Segunda División, cualquiera de vosotros también puede hacerlo”. Eso sí, esto requiere sacrificio, mucho más del que se ve. Pero con esfuerzo, dedicación y haciendo bien las cosas, puedes llegar lejos.
- Para terminar, ¿te gustaría dar algún agradecimiento? Familiares, compañeros, amigos, a quien quieras.
Bueno, si me pongo a agradecer, no acabaríamos nunca. Pero, sobre todo, a la gente más cercana: mi familia, porque en los momentos malos siempre han estado ahí apoyándome. También a mis compañeros y amigos, que han sido fundamentales en este camino. Estoy muy agradecido a todos los que han estado conmigo en las buenas y en las malas. Por supuesto agradecer tanto al comité técnico de árbitros tanto nacional como el extremeño. Y a la delegación de árbitros de Don Benito.
Agradecimientos:
a Chamo por habernos concedido la entrevista
a Polo Opuesto por cedernos su restaurante para la entrevista
a Peter Natali por su maestría fotográfica

